¿Cómo tener un balance general sano?

febrero 23, 2022 Juan Pablo Romero

El estatus económico es una parte indispensable de la información de cualquier compañía, ya que esta refleja la situación financiera general, un elemento fundamental al momento de la toma de decisiones en temas de compras, inversiones, estrategias de ventas o planes de pagos. Por ello, resulta de suma importancia contar con un panorama completo sobre el desempeño financiero de nuestro negocio y el flujo de efectivo del mismo. Para eso, necesita realizarse un balance general.

También conocido como balance de situación, balance contable o estado de situación patrimonial, este elemento te permite visualizar toda la información económica y financiera de una empresa en un momento determinado; separadas en tres masas patrimoniales: activo, pasivo y patrimonio.

Realizar un balance general depende fundamentalmente de que toda la información contable se haya establecido de forma correcta y en el tiempo adecuado, por lo que es necesario que todas las empresas cuenten con la organización y herramientas adecuadas para lograr resultados eficaces.

¿Qué es un balance general?

El balance general es un estado financiero que brinda información total sobre los activos, pasivos y patrimonio neto de una empresa, durante un período de tiempo determinado.

Esta herramienta es muy importante, ya que ofrece información básica de la empresa: cuánto efectivo tiene, la cantidad de deuda contraída o los bienes de los cuales dispone; al contar con tanta información es de vital importancia mantenerla en orden. 

Un balance general está normalmente compuesto por tres elementos:

 

  • Activos: se refiere al conjunto de bienes y objetos de la empresa que tienen un valor o que aportarán un valor a futuro (dinero total en cuentas, propiedades, deudas a cobrar, vehículos y maquinaria, terrenos o materias primas).
  • Pasivos: es el conjunto de deudas de la empresa, ya sean pasivos corrientes (pagaderos en un período menor a un año), obligaciones bancarias (créditos bancarios y préstamos), cuentas por pagar a proveedores (deudas contraídas por compras a crédito), impuestos por pagar, prestaciones y cesantías, bonos, salarios o alquileres, entre otros.
  • Patrimonio: esto se entiende como el resultado de los bienes activos totales una vez saldados los pasivos. Es decir: Patrimonio = Activos – Pasivos.

 

Existen diferentes tipos de balance general, los cuales se alinean de acuerdo al énfasis específico que desee realizarse con la información de la compañía:

  • Balance comparativo: este coteja el comportamiento financiero de una organización en base a períodos previos de la misma, trazando así su historia financiera y determinando su desempeño comparativo.
  • Balance consolidado: contempla la totalidad del grupo financiero, es decir, una empresa tenedora y sus subsidiarias, consideradas para efectos del informe como unidad económica.
  • Balance estimativo: se elabora con información preliminar, sujeta a correcciones y modificaciones posteriores.
  • Balance proforma: se realiza con estimaciones a futuro del estatus financiero, para prever problemas o antelarse a posibles situaciones.

¿Qué sucede cuando un balance general no cuadra?

Al realizarlo, es de suma importancia la organización en cuanto al balance, ya que cuanto más organizado esté, mejores resultados tendrás.

Para ello, el balance de comprobación es un instrumento contable que puede ayudarte. Este se usa para establecer un resumen del estado financiero y de las operaciones realizadas en la compañía durante un periodo de tiempo determinado. Básicamente, se utiliza para comprobar que todos los saldos utilizados durante el ejercicio económico sean confiables.

Además de reflejar la contabilidad de la empresa durante un periodo determinado, un balance de comprobación actúa como base posterior para la preparación de las cuentas anuales. Este ejercicio te permitirá tener presentes algunos puntos importantes:

  • Comprobar que no existan asientos descuadrados en la contabilidad de la empresa.
  • Revisar las fichas del Libro Mayor, una a una, junto con el balance de comprobación, será lo que garantice de que todo está en orden.
  • Si un balance de comprobación no cuadra, seguramente existirá un error en algún asiento del Libro Diario, o al hacer el balance. En este caso, lo más útil es repasar los asientos del Diario. A falta de estos, deberá rehacerse el balance, pero siempre será posible localizar esos errores, por ejemplo: por la omisión o repetición de alguna cifra o cuenta, por la anotación de una partida deudora en el haber o viceversa o por la inversión o baile de números que componen la cuenta.

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AboutJuan Pablo Romero
Copywriter especializado en pagos empresariales y autor de un blog sobre optimización financiera para empresas.
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